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Sobre Ojos Y Otras Adicciones

Sentados en silencio contemplando nuestro entorno compartimos un momento, sencillo pero irremplazable. Me encuentro tan en paz y, aunque parezca muy tonto, siento que en tu abrazo se encuentran las respuestas a lo inexplicable. Y quiero que me cuentes esa forma tan tuya de ver el mundo y quiero que me enseñes todos los placeres que ofrece el inframundo y quiero que me muestres todas las heridas que te tienen moribundo y aprender tus verdades, tus matices hasta lo más profundo. Lo bueno y lo malo, hasta lo más inmundo, quiero llegar a tu alma, conocerla sin tapujos, así me duela, me sorprenda o me lleve algún disgusto, quiero encontrarme con tu esencia y abrazarla sin escrúpulos. Mi amor. Te miro a los ojos y pierdo el juicio, apresarme en tus labios es casi un vicio. Te siento tan inmenso, tan lleno de energía y a su vez tan frágil ya cortadas tus espinas. Te miro a los ojos y me despiertan adicción, todo parece existir por y para nuestra...

Como Yo Te Amo

Es otra noche más en la que mi mente se burla de mí. Otra noche más en la que mi corazón huye de mi pecho para acurrucarse a tu lado. Otra noche más que le va a pertenecer a nuestros recuerdos porque incluso en el hipotético caso de que logre dormirme ya conozco la secuencia y los personajes que protagonizarán mis sueños. Es otra noche más que parece más tuya que mía aunque sea yo la despierta, yo la que escribe, yo la que sueña. Es otra noche mía que te pertenece, como todos mis días, mis tardes, mis meses, mi vida . Es que todo es tuyo. Todo lo que me rodea, todo lleva tu nombre. Esta cama en la que me recuesto sería más cama si nos abrazáramos en ella. Estas paredes que me encierran serían menos paredes si tiráramos las que nos separan. Estos libros que leo cual adicta Serían menos libros si los hiciéramos realidad. Este alma sería más mi alma si tuviera la tuya para acompañarla. Esta noche es tuya como todas pero es distinta en su esencia. Algo cam...

Ella

Hoy te soñé. De nuevo. Como ayer. Como hace una semana. No paro de soñarte. Me encantaría poder afirmar sin titubear un segundo que no tengo miedo de que lo nuestro se quede solo en sueños. Me encantaría poder decirte que no dudo en lo más mínimo de que tus promesas no estén muertas en el fondo de nuestro mar de memorias. Me encantaría ser tan valiente como intento hacerte creer que soy al jurarte que te espero a corazón abierto para que me reanimes los latidos operándome a besos. Sinceramente, y aunque admitirlo me joda mucho, aunque me duela en mi honor y mi orgullo y me destruya el amor propio que tanto presumo cosechar, me encantaría ser ella. Me encantaría ser ella , la que se duerme entre tus brazos sabiendo que vas a estar ahi cuando despierte y no la que te sueña robando minutos a la noche porque una vez que abra los ojos, no podrá ni por asomo verte. Me encantaría ser ella , la que no se vale de promesa alguna porque te tiene todos lo...

El Show

Tenerte una noche, viajar por tus pulsaciones, acariciar tus heridas y ayudarte a coagular. Mirarte a los ojos, que el tiempo se frene en nosotros para ver a nuestra energía contenida explotar en un Big Bang. Y crear galaxias. Y crear estrellas. Y crear esperanza. Despertar de mi fantasía. Que siga el show. Levantarme con cadenas que me atan al infierno, cadenas que tu calor derretiría en un momento. Caminar por la vida sin saber a dónde estoy yendo, queriendo llegar a tu corazón pero sin encontrar el sendero. Enfrentarme a la adversidad con una armadura de hierro pero con un corazón de cristal que se rompe poco a poco; un corazón que se hace trizas porque no estás. Que siga el show. Una victoria, dos victorias, tres victorias y contando. Funciones a diario, sesenta pasaron; el público aplaude, yo sigo actuando. Tengo el éxito, tengo el glamour, salgo del túnel y no encuentro tu luz. Miro hacia el frente, sigo avanzando, me atraganto c...

Labios Secos

Olvidarte. Pasarme el día recordándome que tengo que olvidarte. Pasarme noches desvelada por el vacío que dejaste. Pasarme la vida preguntándome qué estarás haciendo y si de casualidad alguna vez pensarás en mí. Aunque sea un momento. Siento los labios secos de tanto esperar tus besos y las manos frías de tanto desear tu compañía. Llevo el corazón cubierto de telarañas cual casa abandonada, aguardando tu regreso. Cargo en mi cuerpo todas tus caricias que no cicatrizan porque yo no las dejo . Será que vivo con los ojos cerrados, porque creo que te soñé tanto que ya te veo en todos lados. Te veo en cada colectivo que aunque lo corra se escapa , te veo en cada botella de birra que termino, te veo en cada frío que entra por la rendija de la ventana, Te veo en cada silencio, en cada suspiro. Te veo en cada estrella en la noche como así también en su oscuridad, te veo en cada historia que nace y a su vez  en su final. Te veo en cada abrazo que no re...

Extra

Y como lo intuía, arribó a la siguiente estación y se bajó. Sin mirar atrás. Sin despedidas. Sin explicar el por qué de su partida. Se fue tan despacito, tan sigilosamente, que por poco ni lo vi; que me di cuenta de que ya no estaba cuando lo busqué en cada recoveco de mi corazón y los encontré todos vacíos. Que no me dio tiempo a preguntarle a dónde iba, ni por qué iba ahí, ni por qué me abandonaba ni por qué mis ganas no alcanzaban para que se quedara abrazando a mi alma un ratito más. Y es que resulta que yo ni tan siquiera fui una estación. Fui el tren, el subte, el colectivo que lo alcanzó hasta su destino y del que se fue sin pagar el boleto . Y aunque mucho,  quizás demasiado tiempo lo quise negar, la verdad es que nunca fui su hogar. Fui el hotel en una isla paradisíaca en el que se quedó sin que le cobrara estadía . Al irse no dejó ni una de sus valijas y como si no fuera suficiente, me desvalijó...

Límites

La que se lanzaba al océano sin salvavidas. La que se tiraba del avión sin paracaídas. La que exploraba la selva sin mapas. La que apostaba aunque no le quedara ya nada. La que se entregaba en su entereza: Su tiempo, su corazón, todas sus fuerzas. Esa, la que te cantaba cuando necesitabas aliento. La que escuchaba las palabras que dejabas en el viento. La que te abrazaba cuando te llovían los párpados. La que en tus victorias te aclamaba con aplausos. La que te ayudaba a alimentar tus sueños. La que nunca se rendía en el juego. La que teñía tus días de amor y contención. La que nunca te abandonaba  a tu suerte en el eterno laberinto de tu confusión. Esa. Sí, esa. Esa se fue . Esa ya no está. Esa murió. Como las confesiones de un borracho en la madrugada,  Como el amor de una noche en la mañana,  Como el reloj que se rompió  porque se acabó su tiempo. Se murió. Se mató.  Se apuntó  con la r...